En los últimos artículos te contamos sobre algunos mitos de la productividad y sobre una gran manera de definir lo que quieres en tu vida y cómo conseguirlo. Definir una misión y enfocar una visión son hábitos que ojalá nos enseñaran antes. Son maneras de encauzar nuestra vida y tomar decisiones más conscientes, tener más confianza y aprovechar las oportunidades antes de que se despidan de nosotros. Tener claro qué quieres hacer con tu vida y establecer objetivos personales, es la piedra angular sobre dónde se asienta todo y por lo tanto, la base de la productividad. En este artículo continuamos ahondando en el tema y te contamos del tercer hábito que puede cambiar la manera en que manejas tu tiempo.
Hábito #3: Equilibrar usando roles
Recuerda que la persona más organizada no es la que hace mayor cantidad de cosas en el día, sino que la que con claridad y tranquilidad sabe priorizar, para dedicar tiempo a lo que realmente la lleva a lo que busca. Pierde menos tiempo porque ya sabe a dónde se dirige y lo que quiere lograr.
El éxito en un área no compensa el fracaso en otra. No se puede sacrificar relaciones o salud por trabajo. Esto no se puede ignorar. Debe haber equilibrio entre diferentes áreas, y como explican en el podcast de Súper Hábitos, determinar los roles puede ayudar muchísimo, tanto en la organización y priorización de tu día a día, como en el logro de tus objetivos.
- ¿Qué son los roles? Son las áreas más importantes de tu vida, contigo mismo y en relación con los demás (familia, pareja, amigos, colegas)
- ¿Cuál es su función? Mantener el equilibrio y recordar jerarquía entre distintas áreas, y su temporalidad (entre presente y futuro).
- ¿Cómo identificarlos?: Siendo conscientes de nuestra misión personal y ver qué áreas no se suplen entre sí, es decir, no son parte de lo mismo.
También debemos identificar los roles que queremos ocupar en el futuro. Puede ser un rol actual que quiero mantener o uno nuevo que queremos desarrollar (ese rol empieza hoy para trabajarlo y llegar a eso).
Por ejemplo: deberías estar trabajando en el rol de emprendedor si hoy eres un empleado que quiere emprender en un futuro cercano. Rol de pareja, de padre o madre. Son elementos que hay que concientizar para empezar a desarrollarlos. Lo que no está escrito como rol tiende a perderse entre las obligaciones y lo que no recibe nuestra atención nunca produce resultados. Lo que no tiene lugar claro, se pierde en la vorágine de lo cotidiano y urgente.
Un ejemplo práctico de roles: rol personal (en sus diferentes dimensiones: físico, mental, económico, emocional, espiritual), rol de pareja, hermano, familia, amigo, empresario, etc. El orden jerárquico importa, y nos ayuda a tomar decisiones. Un caso aplicado: si tengo que ir a cuidar a mi abuela que está enferma y también mandar un email a mi jefe, miro la jerarquía y ya sé qué hacer, no me voy a arrepentir nunca de esa decisión. Lo ideal es tener entre 5 y 10 roles claros.
Establece objetivos anuales
Con los tres hábitos que hemos visto (construir una misión personal para guiarte, aclarar la visión a mediano plazo, equilibrar usando roles) ya tienes algunas herramientas para gestionar mejor tu tiempo y tus métodos de organización personal.
Fuente: Super Hábitos
Y puedes conjugar tus nuevas herramientas agregando otro nivel: objetivos anuales. Te ayudará a medir lo que buscas alcanzar a corto plazo. Obviamente teniendo la claridad de que no se puede realizar todo lo que quieres para tu vida, en un año. Con tu misión personal determinada, visión y estableciendo roles, la planificación de objetivos anuales se hace más fácil y más realista.
Tener claridad en estos aspectos y tomar conciencia para el largo plazo, disminuye la ansiedad y aumenta nuestra motivación. Al tener menos ansiedad estamos más enfocados. Y el rango de decisiones se hace más chico, tenemos parámetros claros para tomarlas.
Podemos decirle que no a cosas que no nos hacen bien, por más que nuestro entorno nos diga que deberíamos hacerlo, les decimos que no porque simplemente no están en nuestras prioridades. Todo esto es un proceso muy sano que nos entrega claridad mental.
Te vas a dar cuenta que no hay prácticamente nada que “tengas que hacer”, uno todo lo decide. Son todas decisiones conscientes al tener tu misión, visión, roles y objetivos claros. Recuerda que nuestra vida está hecha de tiempo, si no tomamos el control de él, no tomamos el control de nuestra vida. Y lo más importante es que comiences a decidir con perspectiva de lo que quieres para ti.
Esperamos que estos artículos te sirvan, ayuden a definir tus objetivos y a lograr lo que quieres para ti. Recuerda que: «Crear e integrar una declaración de misión personal empoderadora es una de las inversiones más importantes que podemos hacer», Stephen Covey.
Toma el control de tu vida, tu tiempo, tus decisiones y no pierdas oportunidades por desconocer lo que quieres para ti mismo.
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